sábado, 30 de junio de 2012

No tienes que ser perfecto

Por primera vez en la corta historia de "el paripe informativo" podréis leer una entrada no escrita por mi. En este caso la entrada está escrita por un buen amigo, pero creo que representa muy bien uno de mis pensamientos y es que, hoy en día todo el mundo busca la perfección, algo que, aparte de no existir, está sobrevalorado. Os dejo con esta entrada "No tienes que ser perfecto" que podéis leer, entre otras muchas buenas entradas en: http://bedifferent2.blogspot.com.es/

"Normalmente tenemos muchas presiones por todas partes de ser perfecto, tanto de la familia, como la sociedad o los amigos. Normalmente la gente deposita expectativas en ti que espera que se cumplan para que alcances los objetivos que otra gente ha planteado para ti. Pero yo vengo a deciros que no tenéis que ser perfectos, por mucho que mucha gente tenga expectativas en nosotros u os estén mirando con lupa constrantemente.

Tenéis que saber que no tenéis que ser perfectos, simplemente ser felices con lo que hagáis. Ser vosotros mismos, por mucho que la gente espere determinadas cosas de vosotros, tenéis que hacer lo que vosotros queráis sin pensar en los demás 

Encuentra eso que te hace feliz, eso que te gusta hacer y ya esta no pienses en nada, no tienes que gustarle a nadie ni ser el objetivo de nadie, simplemente tiene que gustarte a ti. De modo que no dejes que nadie viva su vida a través de ti, eres una persona única y que deberías decidir las cosas por si misma de modo que se tu mismo.

Encuentra lo que te gusta y no hagas caso a nadie si es lo que te gusta todo ira bien. Solo tienes una vida y sería un error que la pasaras haciendo algo que no te gusta,  así que no te conformas ni sigas las reglas, busca tus propias metas.

One life, one dream.

Agur!HasTa mañana

Recomendación musical del día:


jueves, 14 de junio de 2012

EL concierto, EL viaje y EL momento que no pudieron ser

Hace mucho que no escribo pero hoy me ha ocurrido algo que me ha dado que pensar, que de un día para otro, todo puede cambiar y puede darse la vuelta a la tortilla en cuestión de segundos.

Todo comienza cuando un día hablando con unos amigos, comentas que pagarías lo que fuera por ir a ver un concierto de Chuck Berry y que, desgraciadamente, no podrás verlo porque ya es mayor y no da muchos conciertos fuera de su Saint Louis natal. Resignado te vas a dormir y al día siguiente descubres que en menos de un mes, ofrece un concierto en Le Cannet a 13 horas en tren, que pocas parecen si se comparan con la lejanía de Missouri. Propones el viaje y solamente una pequeña amante de la buena música decide acompañarte. Durante semanas preparas el viaje, mueves cielo y tierra para conseguir un par de entradas, consigues tren de ida y vuelta tras decenas de intentos y por último consigues un hotel decente en el que descansar después del gran concierto. Ya está todo preparado; entradas, alojamiento, viaje y buena compañía.

Va pasando la semana sin dejar de repetir que no hay un plan mejor. Una buena semana, que llega al miércoles, un día que, para no desentonar con el resto de semana, comienza muy bien. Sigues contando las horas para coger ese tren y a eso de las 16:30 recibes una llamada de tu madre que te dice que el concierto se ha suspendido, no hay motivos, no hay explicaciones, simplemente se ha suspendido. En ese momento, la gente solo te dice que tampoco es para tanto, que ya habrá otros... Pero no lo entienden. 

No era solamente un concierto, era EL concierto, era EL viaje y era EL momento. 
Era EL concierto soñado, el concierto del padre (ya abuelo) del Rock&Roll, el concierto de Chuck Berry, mi ídolo.

Era EL viaje, el viaje a un lugar especial, Cannes (recuerdos de aquel interrail), era el viaje con una compañía insuperable. 

Y por último era EL momento, el momento de desesterarse, el momento de pasarlo bien y no pensar y el momento de dejar atrás mis "tonterías y mierdas".

Te queda la esperanza de que todo sea una broma y cuando ves que no es así, deseas que no ocurra nada grave y que en unos meses puedas disfrutar de ese concierto y te rías de todo lo ocurrido. Seguramente muchos no entenderéis de que estoy hablando. El que quiera entender, que entienda. 

Os dejo con una actuación de este abuelo entrañable que a sus 86 años sigue emocionando a un joven de 20.