miércoles, 18 de enero de 2012

La admiración hacia los locos

¿Cuantas veces habéis pensado en dejarlo todo y marchar con lo puesto a Dios sabe donde? Estoy seguro que más de una y más de dos. El problema viene en la educación y en esta sociedad. En esta sociedad el que decide hacer algo distinto a estudiar una carrera para trabajar hasta los 65, 67 o los que hagan falta, es visto como un bicho raro, como alguien que no sabe nada de la vida o simplemente como un loco. Escucha frases como "esas coas solo ocurren en las películas", "la vida no es así de sencilla" o "eres un soñador".

Luego, en silencio, todos admiramos a esa gente que ha sido capaz de alejarse del ruido de la ciudad y de hacer un viaje solo y con lo puesto. El problema es que esto está mal visto y no puedes decir en alto que te gustaría parecerte a esa persona, es más correcto decir que "se volvió loco" o que "no sabe lo que hace". Lo que ocurre es que nos molesta y nos incomoda no tener la valentía para romper con todo.

Cuando eres más joven y realmente no sabes anda de lo que comúnmente se llama "la vida" un día piensas en que estaría "muy guapo" coger una furgoneta, un tren o un autobús y marcharte con tres colegas a vivir la vida. Enseguida, con la universidad y el mundo laboral, esa idea deja de pasar por tu cabeza como si alguien hubiera entrado en tu mente y la hubiera arrancado de cuajo. Pero un verano haces un viaje con seis amigos, un viaje en el que solo llevas una mochila y un billete de tren, un viaje en el que tampoco hay mucho preparado y vas improvisando sobre la marcha. Hay momentos duros, hay días que llegas a un pueblo después de 15 horas de viaje en un tren de mala muerte, habiendo dormido muy poco, no tienes ni idea de donde vas a dormir, no conoces el idioma y tres horas después te relajas en una playa después de muchos días y se te pasan todos los males. En casa, cuando vuelves a la monotonía, es cuando recuerdas esos momentos, los momentos de ir en un tren con el sonido de una armónica de fondo, como en aquellas películas, y vuelve ese pensamiento a tu cabeza "Que guapo estuvo".

Pasa el tiempo, y sigue en tu mente la idea de hacer muchos viajes parecidos, aunque con otra gente, a otros lugares y de otra forma, pero con algo más de experiencia. Con la vuelta a "la vida real", desafortunadamente empiezas a olvidarte de esos planes. Hasta que un día conoces a alguien que comparte esas mismas ideas, que la ciudad le viene pequeña, que no quiere quedarse hasta los 65 en su casa, en su trabajo monótono y señalando a una persona diciendo "este no sabe nada de la vida". Hablas con esa persona y piensas, ¿por que no?, ¿porque no salir fuera a conocer mundo?

No nos engañemos, no quiero decir que no haya que sacarse una carrera para encontrar un buen trabajo, pero se puede llevar de distintas formas. Esta sociedad ha conseguido que a base de decir que esta es la vida que hay que vivir, acabe siendo la vida que todos buscan sin realmente desearla. 

Yo personalmente prefiero seguir soñando con los pies en la tierra y esperar que un día este pensamiento cambie. Prefiero que digan que me volví loco a realmente estarlo por vivir en un mundo en el que desde pequeño te imponen una forma de pensar, de ser y de vivir la que pretende ser "tu vida". Espero poder ser uno de esos hombres a los que la gente envidia por haber hecho lo que quiero aunque en voz alta digan que me volví loco.

A todo aquel al que le falte un pequeño empujón para hacer lo que realmente quiere, tengo que recomendarle la película "Hacia rutas salvajes", aquí os dejo el trailer:


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