Esta entrada viene a raíz de una charla en la que estuve sobre el maltrato a la mujer y el machismo. En esta charla, en primer lugar, se daban ejemplos sobre machismo en la publicidad, música, televisión... y luego explicaban las acciones que la asociación lleva acabo para solucionar este tema. Sobre la segunda parte no tengo nada que decir, toda acción que se realice para que la violencia de género desaparezca me parece necesaria. El problema esta en la primera parte y es que, algunos de los ejemplos estaban fuera de lugar. Estaban llevados al extremo. Por poner un ejemplo, una de las canciones machista que nos presentaron era la siguiente, "Sin ti no soy nada" de Amaral:
No es que Amaral sea santo de mi devoción pero esta canción en ningún momento habla de nada por el estilo, es una canción de desamor como otras tantas que hay.
Esta mañana leía una noticia que decía que una marca de ropa sacaba a las calles de Madrid, 101 chicos sin camiseta para promocionar sus tiendas. No había reacciones malas, se veía como una idea graciosa e ingeniosa. Ahora pensemos que en el lugar de los 101 chicos, hubieran sido 101 chicas las que salen en biquini o en sujetador, todo el mundo hablaría de machismo, degradación de la mujer, la mujer como un objeto... La igualdad tiene que serlo en todos los aspectos.
Veo bien el uso de la mujer como reclamo para los hombres, de la misma forma que veo bien el uso del hombre como reclamo para las mujeres.
Que quede claro que estoy totalmente a favor de la igualdad, que me repugna cualquier tipo de violencia, y que creo que un hombre que pega a su mujer o viceversa, debe ir a la cárcel. Lo que no estoy de acuerdo es con ese feminismo paranoico que mucha gente tiene, ese feminismo que casi se convierte en hembrismo. Una charla que intenta encontrar machismo en todas las esquinas, en todos los lugares, pierde su objetividad y seriedad y a mi personalmente me provoca rechazo.
Espero que esta red conspiratoria y paranoica de encontrar machismo hasta debajo de las piedras se pase y lleguemos a la tan deseada igualdad, de un modo un poco más racional. Pero a una igualdad real, y no esa igualdad que mucha gente quiere y que no es más que una superioridad de la mujer sobre el hombre.
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